
Por Marcela Ortiz-Monasterio
(@TheUnusualMarch)
Gravedad, el nuevo largometraje de Alfonso Cuarón, describe la travesía de dos astronautas en el espacio. Después de tener un accidente, los personajes de Sandra Bullock y George Clooney se encuentran con la frustración de encontrar su camino de regreso a la Tierra.
Gravedad es impactante en varios aspectos: No sólo por aventurarse a dirigir una película “realista” acerca del espacio, sino por la excelente producción y efectos visuales que se presentan prácticamente en la totalidad de la obra. Me parece que el aspecto que se lleva el reflector principal son los efectos especiales, pues logra que el espectador viaje por el espacio. La espectacular toma de dieciocho minutos sin cortes, nos saca de la sala del cine y nos transporta al lado de la Dra. Stone (Sandra Bullock) y el astronauta veterano Matt Kowalsky (George Clooney).
Gravedad: un viaje fuera de este mundo
Emmanuel Lubezki, es –a mi gusto– uno de los grandes triunfadores dentro de la realización de la cinta. Sin afán de sonar pretenciosa, la combinación de encuadres e iluminación hace que olvides por completo que todo lo que tienes frente a ti es producto de efectos especiales de última generación. Incluso entiendes al (ingenuo) reportero que le preguntó a Cuarón acerca de las dificultades técnicas y humanas de grabar en el espacio, pues realmente parece como si lo hubieran filmado fuera de órbita. Y no lo digo yo, lo menciona José Moreno Hernández, astronauta de la NASA, en una columna publicada en El Zócalo Saltillo, que los paisajes son precisos y detallados, los cuales le traen recuerdos de su viaje en el espacio.


Experimentar la soledad es uno de los miedos más comunes entre las personas, gritar y que nadie se percate que lo hiciste es aún peor. Por ello, la actuación de Sandra Bullock es genial, en el sentido de que logra transmitir la angustia completa de estar desamparado en un lugar completamente desconocido y presuntamente sin escapatoria. Bullock toma la batuta en la actuación, pues es prácticamente la única protagonista (Clooney es el que menos tiempo ocupa en pantalla). Es complicado hacer que una película sea entretenida, más cuando sólo hay dos personajes en la narrativa. Esto convierte a Gravedad en una montaña rusa: tiene sus momentos de total calma (con la impresionante bienvenida que nos da Cuarón con la toma sin cortes) y momentos de intensidad elevada, en las que– me atrevo a decir–sufría pequeños infartos cada vez que la Dra. Stone se topaba con un nuevo obstáculo).
El guión se compone de elementos sencillos, incluso bastantes partes que eran totalmente irrelevantes a la secuencia. Es un tanto difícil desarrollar una historia en el espacio que no incluya guerras entre galaxias o viaje a las estrellas. Es por eso que, aunque Gravedad no trasciende por el guión, definitivamente supera la expectativa en visuales. El filme es un boceto de lo que creemos que es el Universo, porque aunque no queramos, nos replanteamos lo pequeño que parece el hombre sujeto a la gravedad.